La cuarentena por el COVID-19, ha sido una invitación a la humanidad a reflexionar sobre lo esencial en el vínculo con la Tierra porque nos encontramos en una profunda crisis ecológica. Crisis, que pone de manifiesto la ruptura de los ciclos de la naturaleza, de la nutrición, del agua, de la vida.
A través de la creación de murales utilizando como soporte tres (3) placas lisas galvanizadas, con una medida de 2 metros de ancho x 1 metro de alto, cada muralista del colectivo Mur.A.Tuc, llevará a cabo la intervención con el uso de pinturas para exterior, proyectando un mensaje concientizador sobre los conflictos y el vínculo que tenemos con la naturaleza, para contribuir a la regeneración de la biodiversidad.
Luego se realizará el montaje alrededor del Parque El Provincial (zona del polo gastronómico- Av. Roca).

Se realizarán de forma individual y colectiva diferentes bocetos en relación al concepto general, seleccionando una paleta de colores que reflejan armonía y unidad con el espacio para el momento del montaje.
A partir de la lectura y participación que venimos teniendo en las jornadas de luchas en nuestro país sobre diferentes problemáticas vinculadas al cambio climático y a la crisis ecológica, acudimos a consignas que pertenecen a la construcción de un discurso crítico, necesario en estos tiempos. Nos cuestionamos y revisamos también cómo nos atraviesa subjetivamente, para movernos de los lugares, de los encasillamientos y hacernos cargo también como trabajadoras de la cultura, tanto para la vida como para la producción de imágenes representativas.
Sistematizamos lo individual, para luego anudarnos colectivamente. Consideramos como virtud el hecho de ser diferentes como artistas en las líneas, figuras y formas, porque es en esa diversidad donde la fuerza de expresión crece y trasciende. Potenciamos la libertad de expresión y cuando el muralismo nos reencuentra es un momento único, transformador y abierto a las propuestas emergentes.

El muralismo promueve la reinvención de lazos con la comunidad desde la creatividad y la horizontalidad para el desarrollo de la cultura.
La obra mural, asumida desde un compromiso político colectivo y situada en un emplazamiento público, posee el fundamental objetivo social de la participación del público en su recepción por estar ubicado, en este caso, en un parque recreativo.
Por eso, una intervención temporal utiliza el recurso de la figura, formas, colores y técnicas conocidas por todos para facilitar la comunicación del mensaje concientizador. Los  vecinos/as tienen que sentirse representados de alguna forma para que el intercambio sea posible.
Lo monumental posibilita ya una primera aproximación a lo colectivo por la posibilidad que tienen todos de verlo. Esto nos convoca a trabajar con el espectador, para que se fortalezca la intención de articular con lo social.
Involucrarnos es necesario y urgente, y nosotras lo hacemos e invitamos que también sea desde el arte, para que lo ambiental esté en agenda, para que el cambio sea posible y demostremos una conciencia popular, crítica y transformadora.

"La timidez botánica" es un fenómeno observado en algunas especies arbóreas, en el cual la copa de los árboles frondosos no sé tocan entre sí, formando un dosel con espacios que les permite desarrollarse sin afectar al resto. Una de las hipótesis que busca explicar este suceso natural, plantea que el mismo podría ser el resultado del impacto de un shock externo. Lo poético de la lejanía del contacto hecho naturaleza, la cercanía y la distancia en un mismo plano, ¿es nuestro shock externo la pandemia?, y lo que trajo consigo o lo que vino a visibilizar, la fragilidad de los sistemas humanos, la restricción del vínculo, a exacerbar la distancia entre los sujetos o la proximidad entre lo efímero y lo perdurable.
El contacto entre pares, el abrazo, nos marca un ritmo que quedó suspendido durante un tiempo prolongado; aprendimos a formar nuestro propio dosel arbóreo, el escudo protector. Nuestra propia estructura vital de convivencia entre lo individual y lo colectivo. Entre uno mismo y el otro.
La pieza a presentar se posiciona justo en ese contexto, dónde el contacto estrecho fue paralizado junto a la efervescencia del mundo moderno y su aceleración constante; evidenciando el encuentro de nuevos modos de co-habitar lo íntimo, éste entramado social, o bien los vínculos afectivos, comprendiendo que es inviable negar lo social a seres sociales.

La pandemia puso en jaque la forma en que habitamos el mundo, forzándonos a aislarnos en nuestros hogares y a dejar de participar en espacios comunes; así mismo se intensificó el uso de plataformas virtuales en reemplazo del espacio
público para seguir conservando las relaciones interpersonales, dando lugar a la cotidianeidad de habitar el mundo entre la realidad física y una realidad virtual.
A partir de la normalización de actividades, el espacio público se reivindicó como el escenario central de la vida social debido a la necesidad humana de relacionarse.
Así mismo, la virtualidad se transformó en un medio indispensable y complementario a este, a la hora de interactuar y vivir en sociedad.
Esta realidad obligó a repensar en nuevos espacios, como soportes de la vida social, desde la ambigüedad de lo físico y lo virtual. ÁgoRA decodificado es una instalación inflable interactiva con realidad aumentada. Ágora, etimológicamente significa reunir, es un espacio urbano concebido como centro social. En cuanto a la decodificación, establecemos re-lecturas del espacio público y sus nuevos modos de interacción e integración en relación al escenario virtual, que se estableció como consecuencia de la pandemia.
La instalación evoca formas y configuraciones primitivas usadas desde sociedades ancestrales como las estructuras pétreas, de grandes dimensiones, que conforman espacios centrales convocantes, que servían para comprender las estaciones del
año.
Esta se desarrolla sobre dos ejes, la realidad física que se presenta en un conjunto de dispositivos inflables y el otro, la realidad virtual la cual permite complementar la experiencia a través del uso de dispositivos móviles por medio de realidad
aumentada.
La instalación está pensada para intervenir el Parque El Provincial, en la zona del polo gastronómico, ubicado en Av. Roca en San Miguel de Tucumán.
La misma está conformada por un conjunto de dispositivos inflados con aire organizados de manera concéntrica, con cuatro accesos que permiten una circulación del usuario hacia un espacio central. La instalación se complementa por medio del uso de realidad aumentada, visualizando las cuatro estaciones del año que evocan a la naturaleza y, a su vez, se mezclan con elementos icónicos de la cultura tucumana, como el achilata (verano), naranjas (otoño), churros (invierno), flores de lapachos (primavera), por medio de dispositivos móviles; permitiendo así que los usuarios reflexionen sobre los vínculos entre lo real y virtual, lo individual y social, recreando una experiencia completa y directa del espacio público - virtualidad.

Estos volúmenes inflados tienen en su superficie un código QR a manera de petroglifos, que funciona como disparador de las secuencias de Realidad Aumentada (RA). A través de los dispositivos móviles (celulares), cada usuario puede escanear y visualizar objetos 3D virtuales, que dialogan con los monolitos de aire logrando una escenario totalmente inmersivo.

La propuesta está enmarcada en repensar el espacio público con nuevas materialidades de condiciones efímeras e intangibles, elementos domésticos y al alcance de todos, como una bolsa plástica común y un celular.
ágoRA decodificado aparece como un elemento convocante potenciando las nuevas dinámicas que operan en el espacio público, incorporando tecnologías y materialidades emergentes a la escena del arte en el Norte Argentino.